La galería de arte contemporáneo District & Co., inaugurá el próximo jueves 1ro de diciembre, a las 7:00 de la noche, la exposición “Roca y Persistencia”, del artista Aquiles Azar Billini, inspirada en el renacimiento, teniendo como soporte una superficie sólida, resistente y muy noble de tratar.
Faracci Amaro, directora de la galería de arte contemporáneo, explicó que la exposición de Aquiles Azar es parte de su nueva propuesta, que busca fomentar una enriquecedora relación artista-galería-coleccionista, basada en renovados lineamientos que apuestan a un formato más innovador como plataforma expositiva y de interacción artística. Para Amable López Meléndez, miembro de AICA y curador jefe del Museo de Arte Moderno, en la producción de Aquiles Azar, en la última década persiste la misma actitud en su entrega a la prueba, a la tentativa del saber renovador mediante la combinación de recursos, soportes y medios expresivos, arriesgándose siempre desde un abrazo lúdico y profundamente existencial con el médium, dando como resultado una propuesta mutante que asimila la sabia radical del mejor neoexpresionismo accidental y proclama la inminencia efectivamente provocadora de la abstracción expansiva.
En la producción pictórica reciente de Aquiles Azar Billini (1965), sus infinitas combinaciones de fuego, agua, tierra y aire, implican las ideas y procesos de luz, vida, huella, disolución, transformación, transmutación, reacción y fricción fecundante. Precisamente, el formidable extracto que ha exhibido, entre abril y mayo, la galería Artouverture en la Fundación Mantovani-Vía Padova 36, Milán, bajo el título de “Fricciones Elementales”, nos ha permitido advertir y disfrutar el vertiginoso acceso a unos niveles paroxísticos de reflexión y libertad expresiva.
Entre las obras de esta muestra, todas ejecutadas en el 2009 y 2010, destacan algunas de notable impacto visual y resistencia crítica como las tituladas Paradisus, Vivacidad, Revuelo Marino, Parábola, Hálito, Cadencioso, Ebullición, Relato terrenal y Energía Contemplativa, en las cuales utiliza materiales naturales e industrializados de elaboración sofisticada y bastante costosos, como lino, madera, caracolas, vinilo, silicón, poliuretano, óleo, acrílico, escarcha, papel metálico, pedrería de fantasía o bisutería, lentejuela y resinas sintéticas.
En estas obras, Aquiles Azar Billini aborda con profundidad una serie de cuestiones clave para el diálogo en torno a los “vínculos transparentes” con la naturaleza; sobre la importancia de la biodiversidad en el equilibrio de los ecosistemas de nuestro planeta y sobre ciertas complejidades espi- rituales que tocan sensiblemente a la condición humana contemporánea, tales como el amor, el dolor, la alegría o el enigma de la existencia.
En ese sentido, la curadora italiana Rita Calenda, apunta precisamente que: “La atmósfera y los aromas de las islas del Caribe estimulan a Azar Billini en la bús- queda de materiales diferentes… En estas obras se puede percibir y respirar el aura de serenidad y esperanza, y uno se vuelve niño. Por cada trabajo, uno podría imaginarse cuándo se creó y cuánta fuerza, cuánta pasión y cuánto infinito amor se insufló en él mismo para crear estos contrastes de color bien equilibrados, sin excesos, siempre racionales. Algunos lienzos son trabajados con materiales inusuales, como el fuego y el humo, y la elección de la técnica, casi siempre mixta, es perfecta”. Pero es el mismo Aquiles Azar Billini quien nos da algunas claves sobre estas primeras obras de su penúltima serie: “Al pintar no pretendo nada con límites, sino que simplemente disfruto la Energía, fricción, conquista, ebullición y disquisición interna que se mezcla y revitaliza la materia que camina relatando lo terrenal de nuestra creación, como reflejo del soplo existente que nos ha dado la forma. Para mí, el acto de pintar es disfrutar la búsqueda del diseño, resultado del momentum que surge de la predestinación existente, es ser viajero que transporta de lo invisible a lo visible”.
Aquiles Azar Billini asume su condición de nuevo vidente a través de un lúcido viraje sobre sí mismo y sobre la realidad que le permite comprender, responder y celebrar el enigmático diluvio sígnico que arde y prolifera a partir de sus íntimas reflexiones sobre tres cuestiones ontológicas axiales y fascinantes que traspasan su vocación espiritual, sus rupturas expresivas y sus recapitulaciones estéticas durante las últimas tres décadas: ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos? y ¿hacia dónde vamos?…
En la XIX Bienal Nacional de Artes Visuales (1994), Aquiles Azar Billini obtiene el Primer Premio de Pintura con un políptico metamórfico formidable: “Como Jonás en el vientre del Gran Pez” (cinco paneles en técnica mixta sobre tela de 228×706 cm/cu.). Desde entonces, lo que ha sucedido en su trayecto creador se nos revela como un proceso de ruptura constante en el cual su poética y su obra pictórica se desarrollan y depuran con la misma mística y efectividad estética que les llevarían desde sus “estoicas” transfiguraciones de la promesa (“Reliquias”), Primer Premio de Dibujo del XIII Concurso de Arte E. León Jimenes (1990), hasta la espléndida profecía estética contenida en su obra reciente. Cada visita a su taller es retomar el diálogo profundo y fraternal sobre el vértigo “epistemológico” que traspasa el proceso artístico dominicano del último cuarto de siglo. En este trayecto, la práctica creadora de Azar Billini retiene su máxima cifra distintiva con un radical espíritu de ruptura discursiva. Espíritu que persiste ardiente, extático y consistente, desde su irreductible volición metamórfica, a través de una diversidad de recapitulaciones resolutivas de radical espíritu progresivo que florecen como un poderoso “corpus opus” (pinturas, dibujos y esculturas) en el que destacan algunos hallazgos estéticos mayores de asombrosa elocuencia metafórica. Esmerado acechador de lo real y lo invisible. Incondicional devoto de la “sabiduría perenne” y las poéticas vanguardistas de Oriente y Occidente, Azar Billini posee una habilidad excepcional para la síntesis estilística, la asimilación y la trasmutación de signos y símbolos, estableciéndose como un insaciable taumaturgo de la polisíntesis, transmutando múltiples y distintas técnicas, poéticas, lenguajes, medios y recursos expresivos. Junto al óleo, la acrílica, la tierra, la madera, las caracolas y otros recursos matéricos extraídos de la naturaleza, en sus obras pictóricas recientes, Azar Billini utiliza una serie de recursos expresivos de sofisticada industria: lino, vinil, silicón, poliuretano, escarcha, papel metálico, pedrerías, bisutería, lentejuelas y resinas sintéticas, logrando superficies, juegos de espacios; texturas e imágenes de belleza indecible que propician zonas poderosamente extáticas de emoción y fruición estéticas. En la producción pictórica global de Aquiles Azar Billini se destacan trabajos mayores que seducen la mirada del espectador por su energética policromía y la profusa plasticidad de sus superficies. Se trata de obras de una carga sugestiva y una capacidad de resistencia crítica admirables. Y como primera razón de tal capacidad, subyace el alto grado de depuración conceptual con que Azar Billini nos entrega su mística y poética exégesis de los aspectos, fenómenos, dimensiones, problemáticas y experiencias trascendentes que le motivan y apasionan. Desde luego, escribir sobre la obra y la práctica creadora de Aquiles Azar Billini sin hablar de la unicidad e integridad de su personalidad artística no tendría sentido, ya que los efectos de su pasión nos llevan irremediablemente hacia los abismos de su sensibilidad espiritual y hacia el mismo carácter polifásico de su práctica simbólica. Entonces, su obra no es más que la prueba de una condición artística radicalmente ética y de los depurados niveles de especialización de su particular saber estético-filosófico. La ruptura evolutiva y metamórfica que signa la producción de Aquiles Azar Billini se manifiesta en una serie de obras pictóricas recientes sobre tela y papel en las cuales se advierten los frutos de un diálogo cristalino con la tradición estética extremo-oriental que propone el “punto de lo insípido” o la “plenitud del vacío” como punto extremadamente sutil de noción, imaginación y emoción a partir del cual podríamos acceder a “todos los posibles”. En estas obras, Azar Billini reafirma su distintiva capacidad de renovar su propio universo simbólico; sus propios métodos y técnicas de trabajo; sus propios códigos y registros plásticos, matéricos e imagéticos. Así, la mística operativa de Aquiles Azar Billini es la de un artista para quien lo existencial, lo vital y la experimentación son facetas y territorios consubstanciales de la creación. Avivar el fuego de la espiritualidad; abrazar la opción de la eticidad y provocar la reflexión profunda no son tareas fáciles. Sin embargo, estas serían las primeras misiones de un artista íntegro y auténtico…Desde mi particular punto de vista, en la producción pictórica global de Aquiles Azar Billini, tales misiones han sido asumidas y cumplidas de manera impecable…
En síntesis
AQUILES AZAR BILLINI EN SÍNTESIS
Aquiles Azar Billini nace en Santo Domingo, el 24 de septiembre de 1965. Estudió Arquitectura en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) y en la Universidad Iberoamericana (UNIBE). Egresado Cum Laude de la Escuela de Diseño Altos de Chavón. Ha sido profesor de Artes Liberales, Publicidad y Diseño de Interiores en la Universidad Iberoamericana (UNIBE) y en la Escuela de Diseño de Altos de Chavón. Entre sus reconocimientos destacan: Primer Premio de Dibujo XIII Concurso de Arte Eduardo León Jimenes (1990); Primer Premio de Pintura y Premio Especial de Dibujo XlX Bienal Nacional de Artes Visuales (1994) y Premio Único de Fotografía XXIII Bienal Nacional de Artes Visuales (2005).
En 2007, la obra de Azar Billini es seleccionada para el Premio Subasta MOLAA del Museum of Latin American Art, Long Beach, California, EE. UU. Seleccionado en la XXVIII Bienal Nacional de Artes Visuales (2015). Entre sus exposiciones recientes destacan: “Rocas y Persistencia”, District & Co. The Gallery, Santo Domingo (2017) y “Tríptico de Nuestro Tiempo”, junto a Radhamés Mejía y Elvis Avilés, Novocentro/Espacio Arte, Santo Domingo (2018). Su obra ha sido exhibida exitosamente en importantes galerías, museos, ferias de arte contemporáneo y centros culturales de República Dominicana, Perú, Francia, Italia, España, Eslovenia, Miami y Puerto Rico.
En la XIX Bienal Nacional de Artes Visuales (1994), Aquiles Azar Billini obtiene el Primer Premio de Pintura con su imponente políptico “Como Jonás en el vientre del Gran Pez”. A partir de este premio consagratorio, lo que ha sucedido en su vida, obra y trayectoria, podría advertirse como un proceso complejo e impecable en el que Azar Billini asume su práctica creadora con la misma efectividad de aquel primer “relámpago” pictórico estremecedor que rápidamente le proyectan desde los estoicos “embarres” de la promesa hasta los espléndidos instantes de la profecía. Para el reconocido artista mexicano Gabriel Orozco, tanto las “grandes obras” como los momentos cruciales en la historia del arte son siempre decepcionantes o pasan desapercibidos al principio. Pero esta apreciación palidece ante la pintura señalada, ya que se trata de una obra mayor que testimonia la saludable asimilación del Expresionismo Abstracto en la pintura dominicana contemporánea. Asimismo, este impactante icono en técnica mixta (óleo y acrílica) sobre lino, además de resistir con protagonismo indiscutible en la colección permanente del Museo de Arte Moderno, también se constituye en la propuesta estética más ambiciosa, acabada y ardientemente profética de Aquiles Azar Billini. Durante los últimos veintidós años, haciendo trizas la “táctica de la decepción” y la “estrategia del desengaño” que hoy siguen excitando a muchos performeros y “celebrity” del arte escenario artístico internacional, este polifacético y brillante creador dominicano se consagra al arduo ejercicio del taller, logrando materializar uno de los universos simbólicos más abiertos y energéticos del arte dominicano contemporáneo al mismo tiempo que ejecuta un formidable cuerpo de obras caracterizado por unos niveles óptimos de efectividad estética, libertad expresiva y polivalencia significativa. En este trayecto, la práctica creadora de Azar Billini adquiere su máxima nota distintiva bajo el signo de un constante espíritu transformador, pasando por distintas etapas productivas y progresivas que resultan en aportes significativos y paradigmáticos: “Reliquias”, Primer Premio de Dibujo XIII Concurso de Arte E. León Jimenes (1990); “Como Jonás en el vientre del Gran Pez”, Primer Premio de Pintura XIX Bienal Nacional de Artes Visuales (1994) y “El Hoyo 00-04”, Premio Unico de Fotografía XXIII Bienal Nacional de Artes Visuales (2005). En su poética pictórica se efectúa una Alquimia elemental: tierra, aire, agua y fuego, implicando las ideas de vida, materia, tiempo, luz, reacción, fricción, transmutación, memoria y espiritualidad. Estas ideas traspasan y vitalizan los contenidos simbólicos y el repertorio conceptual de su serie pictórica “Fricciones Elementales” (2009-2016). Esta serie aun está en proceso, pero ya adelanta algunos hallazgos de notable riqueza plástica y extraordinaria recursividad expresiva que operan como pruebas cristalinas de un gestual radicalmente lúdico y expansivo en la producción pictórica reciente de Aquiles Azar Billini. Entre las obras más recientes de esta serie se impone registrar las tituladas “Colada”, mixta sobre fotografía en vinil adhesivo montado en cintra; “Ablución X”, mixta sobre tela y “Ablución XI”, mixta sobre vinil montado en tela (2013); “Bitácora de Taller I-VI”; mixta sobre vinil y tela (2014); “Bivalvos” (2013); “Bivalvos de noche” (2013); “Yellow” (2014); “Mar de ramas” (2014); “Rojo” (2014); “Mar de ramas II” (2014); “Yellow II” (2014) y “Fractal” (2014), todas en técnica mixta sobre madera; “Pink”, mixta sobre vinil montado en tela (2014); “Silueta”, mixta sobre tela (2015); “Nocturno”, mixta sobre vinil montado en tela (2015); “Remembranza”, mixta sobre madera (2015) y “Ancestral”, mixta sobre madera (2015). En estas espléndidas reacciones simbólicas, además del óleo, la acrílica, la tierra, la madera, las caracolas y otros recursos extraídos de la madre naturaleza, Azar Billini utiliza una serie de materiales industrializados de alto costo y elaboración sofisticada como lino, vinil, silicón, poliuretano, escarcha, papel metálico, pedrería de fantasía, bisutería, lentejuelas y resinas sintéticas, suscitando espacios visuales, superficies, texturas e imágenes de belleza indecible que logran llevar al espectador hacia el encuentro de zonas profundas, sensibles e inesperadas a nivel de la contemplación, la percepción y la emoción estética.